Pinus canariensis C.Sm.
PinaceaeSuluan, la llamada Isla Encantada, cerca de Sámar, Filipinas, 18 de marzo de 1521. Antonio Pigafetta anota en su diario la presencia de "grandes árboles cuyos frutos, más pequeños que nuestras almendras, semejan a los piñones del pino". Una vez más, el cronista se enfrenta a la descripción de lo desconocido usando ejemplos y un vocabulario de lo que para él era conocido.
No obstante, el pino del tipo pinea, del latín piña, es una especie circunmediterránea, la más abundante en el sur de la Península Ibérica y partes de Italia, aunque se puede encontrar por casi toda las costas europeas y de Asia Menor del Mediterráneo, en definitiva, un árbol que gusta del sol y suelos secos y que le sería más que familiar al italiano. Otro tipo de pino, que Pigafetta y los expedicionarios pudieron ver en su primer alto en el viaje en las Islas Canarias, es precisamente el Canario, una de las pocas coníferas que es capaz de brotar no ya de suelos secos, sino incluso de sus cenizas después de un incendio, debido a su desarrollo en tierras volcánicas. El ejemplar conservado en el jardín de los Montpensier de Sanlúcar de Barrameda alcanza de manera majestuosa los 50 metros de altura.
El principal uso humano del pino canario y de otros tipos de pino es la carpintería, y no solo en muebles: también de pino se realizaron muchas de las naos y carabelas que desde la Península Ibérica zarparon unas veces para explorar, otras muchas para directamente colonizar, diversos lugares del mundo durante los siglos XV y XVI. Guarda además esta madera una relación muy estrecha con la propia arquitectura, al ser usada para construir armaduras y techumbres de iglesias y palacios.